Hoy el mundo está enfrentado una crisis fuerte, han pasado ya varios meses y aún hay mucha incertidumbre, hay dolor, desesperación y desolación. No está fácil lidiar con todo esto a la vez, pero he podido ver un común denominador en todas las personas y es miedo. Hay temor a lo desconocido, hay mucha información y ninguna se puede descifrar como verdadera, nadie sabe a ciencia cierta qué es verdad o es mentira, mucho rumor y desinformación. Surgen preguntas como: ¿Qué va a suceder? ¿Cuándo va terminar? ¿Lo soportaremos? ¿Qué debo hacer? ¿Fracasaré? ¿Será muy doloroso? Una de las preguntas más fuertes es: Si me contagio del virus ¿Quién traerá el sustento de mi casa? ¿Qué sucederá en los próximos 14 días? Y muchas más.

Sabes, nuestra mente no puede comprender lo que está sucediendo, tampoco las razones y mucho menos conoceremos el futuro, pero si podemos saber que nada se sale del control de Dios. Hay razones de peso para lo que está sucediendo y no es nuestro deber saber ¿por qué? Lo que debemos saber es que: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos”. Josué 1:5

Tu y yo como creyentes somos esa herencia dada por Dios, somos la sal y la luz del mundo en medio de esta terrible situación, sea por la pandemia o incluso por situaciones difíciles que atraviesan todas las personas que nos rodean y no conocen a el Dios verdadero, al que ha prometido estar contigo de día y de noche, el que te ha dicho no te desampararé, ¿por qué tenemos miedo a estar solos siendo creyentes? Porque aún no hemos podido entender que somos sus hijos y no puede negarse así mismo, pues somos suyos y mora en nosotros.

Cuando tenemos nuestros propios hijos sabemos que por más errores que cometan o nos decepcionen, los seguiremos amando, y a pesar de nuestra humanidad limitada queremos darle lo mejor, que a pesar de sus equivocaciones deseamos y queremos estar con ellos y nunca dejarlos solos. Pero como dije en “nuestra humanidad limitada”, ya que no podemos estar presente en todo momento para poder darles un abrazo o consolarlos cuando sea necesario. ¿Sabes que tenemos un padre que no está limitado, que controla el tiempo y el espacio, que está todo el tiempo a nuestro lado? solo debemos estar abiertos y prestos para escucharlo.

No tenemos por qué temer, el mejor Padre esta de nuestro lado, alimenta las aves de los cielos, viste las flores del campo, ¿por qué no haría eso mismo por sus hijos? No hay nada que nos pueda separar de su gran amor por nosotros y esta pandemia no es nada ante ese Padre amoroso. Como sus hijos debemos confiar en Él y no desesperarnos.

Es normal sentir miedo, lo que no debe ser normal es estar paralizado, es necesario avanzar y decir como David En el día que temo, Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” Salmos 56: 3-4

Ante la situación que estés viviendo que te hace sentir miedo, realiza lo que debes hacer y confía pues “… sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” romanos 8:28

Escrito por Nina Gutiérrez para www.conectadosconcristo.com