Es un pensar, que es un sentir, que es un decir que se vuelve en un hacer. Que tal la cadena del proceso que manejamos los seres humanos y como por variar esto tiene un sustento bíblico que encontramos en Proverbios 23:7 a: “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.” (Reina-Valera 1960 (RVR1960)).

Analicemos el proceso. Al pensar, estamos usando nuestra mente y no olvidemos que es allí donde debemos luchar contra el perdedor porque es allí donde nos ataca. El sentir, hace referencia al corazón, lugar donde surgen las ganas de hacer las cosas, el impulso o la ignición. El decir, hace referencia a la boca y es el paso que reconfirma lo que he pensado ya que si lo digo a su vez lo oigo y retroalimento ese pensamiento, además dice la sabia palabra de Dios que la fe viene del oír (Romanos 10:17). Finalmente viene el hacer, que hace referencia a realizar o ejecutar algo previsto, planificado o concebido.

Bien un simple pensamiento me puede llevar al adulterio, una falta de perdón me puede llevar a sufrir cuando veo a la persona que me agredió, un pensamiento me puede llevar a hacer una canción maravillosa para mi esposa, etc. Por un pensamiento puedo llegar a hacer cosas maravillosas o desastrosas.

No solo es importante lo que pensamos si no que es nuestra responsabilidad (2 Corintios 10:5), y a veces nos tomamos las cosas tan a la ligera, cuando dejamos que germinen pensamientos buenos o malos que indudablemente se convierten en un realidad.

La invitación es a que seamos cada vez más parecidos a nuestro amigo, padre, proveedor, SEÑOR y Dios, y como sus pensamientos son más altos que los nuestros, debemos procurar que nuestros pensamientos sean como los de ÉL por ende más altos que las personas que no creen.

Cuida lo que piensas, acuérdate que de ahí se genera una reacción en cadena que afecta todo y todos a tu alrededor. El SEÑOR te siga bendiciendo.

En Cristo Jesús, Amén.

Escrito por Alejandro Vargas para www.conectadosconcristo.com