TEXTO BÍBLICO

Salmos 124 (NVI)

Cántico de los peregrinos. De David.
“124 Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo repita ahora Israel—,
2 si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
cuando todo el mundo se levantó contra nosotros,
3 nos habrían tragado vivos
al encenderse su furor contra nosotros;
4 nos habrían inundado las aguas,
el torrente nos habría arrastrado,
5     ¡nos habrían arrastrado las aguas turbulentas!

6 Bendito sea el Señor, que no dejó
que nos despedazaran con sus dientes.
7 Como las aves, hemos escapado
de la trampa del cazador;
¡la trampa se rompió,
y nosotros escapamos!
8 Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
creador del cielo y de la tierra.”

REFLEXIÓN

Recordar es adquirir confianza

Debemos recordar las veces que en el pasado, hemos obtenido ayuda de Dios, aún sin merecerlo. Si hoy respiramos, es porque nos ha confiado una misión importante en ésta tierra que todavía no hemos llevado a cabo y porque estoy segura, su mano poderosa nos ha cuidado en los momentos de peligro.

Nuestro adversario no descansará hasta vernos derrotados y sin fuerzas, tratará de impedir a toda consta, que cumplamos nuestro propósito, colocará obstáculos, tentaciones, se aprovechará de nuestras debilidades, tratará de ponernos en evidencia delante de Dios, a través del pecado y todo con el objetivo de que no recibamos la salvación y redención, que sólo puede venir del cielo.

Dios es más grande y poderoso que cualquier cosa o persona que signifique conflicto y caos en nuestra vida. Nada puede igualarse a Él, ni mucho menos arrebatarle la gloria que le pertenece. Somos libres de elegir, si le ponemos un altar a nuestros problemas o si enaltecemos al Señor, alabando y adorando su nombre aún en los momentos de oscuridad. Al poner nuestra confianza en Él, tenemos ganada la batalla.

Alabanza sugerida

Canción: En el nombre de Jesús – Ingrid Rosario

Ver video aquí: http://bit.ly/2C3miJh

OREMOS

Somos victoriosos en Cristo Jesús. El enemigo está vencido y la gloria de nuestras batallas ganadas le pertenecen al Señor. Gracias padre por sostenerme en los momentos de dificultad, por cuidarme de mis enemigos y por apartarme del pecado. Te bendigo y alabo tu obra en mí. Padre amado, gracias por tu seguridad y protección, por guiarme por caminos de justicia y por llevarme a lugares en donde hay luz y paz. Te amo, en el nombre de Jesús y bajo la unción de tu Santo Espíritu, amén.