“El SEÑOR le ordenó a Moisés 2 que les dijera a los israelitas: «Yo soy el SEÑOR su Dios. 3 No imitarán ustedes las costumbres de Egipto, donde antes habitaban, ni tampoco las de Canaán, adonde los llevo. No se conducirán según sus estatutos, 4 sino que pondrán en práctica mis preceptos y observarán atentamente mis leyes. Yo soy el SEÑOR su Dios. 5 Observen mis estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos. Yo soy el SEÑOR. Relaciones no permitidas 6 »Nadie se acercará a ningún pariente cercano para tener relaciones sexuales con él o con ella. Yo soy el SEÑOR. 7 »No deshonrarás a tu padre, teniendo relaciones sexuales con tu madre. No lo hagas, porque es tu madre. 8 »No tendrás relaciones sexuales con la esposa de tu padre, porque sería como tenerlas con él. 9 »No tendrás relaciones sexuales con tu hermana por parte de padre o de madre, ya sea nacida en la misma casa o en otro lugar. 10 »No tendrás relaciones sexuales con la hija de tu hijo, ni con la hija de tu hija, porque sería deshonrarte a ti mismo. 11 »No tendrás relaciones sexuales con la hija que tu padre haya tenido con su mujer. No la deshonres, porque es tu hermana. 12 »No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu padre, porque sería como tenerlas con tu padre. 13 »No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu madre, porque sería como tenerlas con tu madre. 14 »No deshonrarás al hermano de tu padre, teniendo relaciones sexuales con su mujer, porque es tu tía. 15 »No tendrás relaciones sexuales con tu nuera. No las tendrás, porque sería como tenerlas con tu hijo. 16 »No tendrás relaciones sexuales con la mujer de tu hermano, porque sería como tenerlas con él mismo. 17 »No tendrás relaciones sexuales con dos mujeres que sean madre e hija, ni con las nietas de ellas, ya sea por parte de un hijo o de una hija de las mismas. Son parientes cercanas, de modo que eso sería una perversión. 18 »No te casarás con la hermana de tu esposa, ni tendrás relaciones sexuales con ella mientras tu esposa viva, para no crear rivalidades entre ellas”. Que todo el mundo lo haga y la sociedad en decadencia que actualmente enfrentamos lo acepte, no implica que nosotros también nos dejemos llevar. Como hijos de Dios, tenemos la obligación moral de marcar la diferencia, nuestra bandera debe ser la de agradarle a Él antes que a los hombres. Por la cercanía a la que estamos expuestos con nuestros familiares como padres, padrastros o madrastras, hijos, hermanos o medios hermanos, tíos o tías, nueras o yernos, cuñados, primos, nietos o nietas o abuelos, en cualquier grado de consanguinidad, es fácil que se den situaciones de enamoramiento o capricho que nos puedan llevar a tener relaciones sexuales incestuosas, consideradas una abominación para Dios. Es una deshonra para el hombre quien vivirá en pecado y separado de su voluntad, por llevar a cabo cualquiera de éstas prácticas. Esto incluye las personas que conforman la familia en toda su extensión. El objetivo de estas prohibiciones, es mantener la unidad e integridad familiar. Hemos sido llamados a vivir en santidad, lejos de las rivalidades, disensiones y las divisiones entre nosotros. La familia siempre ha sido y es, el principal pilar de la sociedad, es el lugar en donde los valores cristianos son aprendidos, es un refugio en el que sus miembros, encuentran apoyo cuando tienen problemas o tristezas, o en donde se comparten los triunfos y las alegrías. ¿Cómo pretendemos que exista una sociedad en donde no haya corrupción y maldad, si al interior de los hogares se vive una guerra constante y generación tras generación se omite el nombre de Dios y su palabra como guía de comportamiento? Padre amado, eres el principal miembro de mi familia, gracias por permanecer en medio de nosotros, por guiarnos, orientarnos y motivarnos a vivir en santidad por el bienestar de todos los miembros de la misma. Hoy bendigo mi hogar y cada persona que hace parte del mismo y en el nombre de Jesús declaro victoria para tu gloria y honra, amén y aménTexto Bíblico
Levítico 18 : 1 – 18 (NVI)
Relaciones sexuales ilícitas
Reflexión
Relaciones peligrosas
Las leyes que nuestro Dios ha instituido y que se nos han dado a conocer a través de la Biblia, Pastores, conferencistas al servicio del Señor y líderes espirituales alrededor del mundo, fueron creadas para nuestro bien, para que vivamos la vida en abundancia que nuestro Padre nos ha prometido, para protección de nosotros y nuestras familias. Es por esto, que no debemos hacer caso omiso a lo que Él nos ha dicho, ni mucho menos ceñirnos a tradiciones y costumbres que el mundo intenta hacernos ver como verdades absolutas, porque todo aquello que te aleje de Dios y su voluntad, traerá desgracia y ruina y te impedirá disfrutar al máximo las bendiciones a las que como hijos suyos tenemos derecho y podemos acceder, al demostrarle respeto, reverencia y obediencia total con nuestras acciones.
Oremos
Devocional diario www.conectadosconcristo.com