Texto Bíblico

Levítico 15:19 – 33 NVI

Impurezas sexuales en la mujer

“19 »Cuando a una mujer le llegue su menstruación, quedará impura durante siete días. »Todo el que la toque quedará impuro hasta el anochecer. 20 »Todo aquello sobre lo que ella se acueste mientras dure su período menstrual quedará impuro. »Todo aquello sobre lo que ella se siente durante su período menstrual quedará impuro. 21 »Todo el que toque la cama de esa mujer deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer. 22 »Todo el que toque algún objeto donde ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer. 23 »Si alguien toca algún objeto que estuvo sobre su cama o en el lugar donde ella se sentó, quedará impuro hasta el anochecer. 24 »Si un hombre tiene relaciones sexuales con esa mujer, se contaminará con su menstruación y quedará impuro durante siete días. Además, toda cama en la que él se acueste quedará también impura. 25 »Cuando una mujer tenga flujo continuo de sangre fuera de su período menstrual, o cuando se le prolongue el flujo, quedará impura todo el tiempo que le dure, como durante su período. 26 »Toda cama en la que se acueste mientras dure su flujo quedará impura, como durante su período. »Todo aquello sobre lo que se siente quedará impuro, como durante su período. 27 »Todo el que toque cualquiera de estos objetos quedará impuro. Deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer. 28 »Cuando ella sane de su flujo, deberá esperar siete días para el rito de su purificación. 29 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma, y los llevará a la entrada de la Tienda de reunión, donde se los entregará al sacerdote, 30 quien ofrecerá uno como sacrificio expiatorio y el otro como holocausto. Así, en presencia del SEÑOR, el sacerdote hará propiciación por ella a causa de su flujo. 31 »Ustedes deben mantener apartados de la impureza a los israelitas. Así evitarán que ellos mueran por haber contaminado mi santuario, que está en medio de ellos. 32 »Esta ley se aplicará a quien quede impuro por derrame seminal, 33 a la que tenga flujo menstrual, al hombre y a la mujer que tenga relaciones sexuales con eyaculación, y a quien tenga relaciones sexuales con una mujer impura.»”

Reflexión

Relaciones sexuales durante el periodo menstrual

El periodo menstrual sufrido por la mujer cada mes, es el proceso normal enlazado con su fertilidad. Su cuerpo tiene un proceso de preparación previo, con el fin fecundar un óvulo y finalmente concebir un hijo a través de la fecundación. En caso de que esto no se dé, el endometrio es expulsado, para iniciar así, un nuevo ciclo.

Experimentar los cambios hormonales que se reflejan en variaciones físicas, emocionales y psicológicas, vividas por las mujeres durante éste tiempo, no son fáciles para ellas. En la ley mosaica, la mujer y todo con lo que ella tuviera contacto los días que le durara su ciclo menstrual era considerado impuro, en el marco de la salud y la higiene. Dentro del contexto histórico en el que fue instaurada esta ley, no existían toallas higiénicas o tampones con los que se pudiera evitar que su ropa o lo que ella tocara, se manchara de sangre. La prohibición de tener relaciones sexuales estaba encaminada a evitar algún tipo de infección en el hombre causado por el flujo de sangre expulsado por la mujer.

En la actualidad, la mujer puede controlar mucho más fácil el tema del manchado, pero es una realidad que antes y durante su ciclo menstrual, su estado de ánimo puede cambiar (síndrome premenstrual), al punto que se vuelven más irritables de lo normal, pueden tener cierta sensibilidad en sus senos, dolores de cabeza o cólicos (dolores abdominales), debilidad muscular, fatiga, nerviosismo e inflamación en su vientre, que de alguna manera la incapacitan para tener una buena disposición para sostener relaciones sexuales con su esposo. Adicionalmente, es incómodo y hasta vergonzoso pensar en manchar todo a su alrededor, para luego tener que limpiar.

El esposo cristiano debe ser considerado y comprensivo con los cambios fisiológicos que sufre su esposa. Entender que si ella decide no tener relaciones con él durante su ciclo menstrual, no tiene nada que ver con sus sentimientos, es decir si lo ama más o menos, es simplemente que ella se encuentra en un momento de tensión que no le va a permitir entregarse completamente y en entera tranquilidad, para lograr la conexión que se requiere exista en el deleite mutuo de la pareja.

La mujer cristiana debe ser honesta con su esposo, explicarle la situación en la que se encuentra, para que él sepa el porqué de sus reacciones y quizás mala actitud. El diálogo es necesario en ésta situación, las suposiciones sobran.

Las relaciones sexuales sostenidas durante el ciclo menstrual de la mujer, deben ser concertadas, es decir el mutuo acuerdo debe ser el protagonista, con el conocimiento previo de todo lo que implica, para que así no haya lugar a malos comentarios que puedan humillar generando malos entendidos.

Oremos

Padre amado, gracias porque podemos entender que tu perfecta creación incluye un periodo de renovación. Gracias por permitirnos hacer parte de eso. Ayúdanos como esposos a entender nuestros cambios, a ser tolerantes y comprensivos ante las tensiones que se puedan generar, ante los cambios físicos y psicológicos que se puedan experimentar día a día. Eres nuestra guía. Te amamos, en el nombre de Jesús, amén.

Devocional diario www.conectadosconcristo.com