TEXTO BÍBLICO
Cantares 6 (NVI)
“El coro
6 ¿A dónde se ha ido tu amado,
tú, bella entre las bellas?
¿Hacia dónde se ha encaminado?
¡Iremos contigo a buscarlo!
La amada
2 Mi amado ha bajado a su jardín,
a los lechos de bálsamo,
para retozar en los jardines
y recoger azucenas.
3 Yo soy de mi amado, y mi amado es mío;
él apacienta su rebaño entre azucenas.
Quinto Canto
El amado
4 Tú, amada mía, eres bella como Tirsá,
encantadora como Jerusalén,
majestuosa como las estrellas del cielo.
5 Aparta de mí la mirada,
que tus ojos me tienen fascinado.
Tus cabellos son como los rebaños de cabras
que retozan en Galaad.
6 Tus dientes son como rebaños de cabritas
recién salidas del baño.
Cada una de ellas tiene su pareja,
ninguna de ellas marcha sola.
7 Tus mejillas, tras el velo,
parecen dos mitades de granadas.
8 Pueden ser sesenta las reinas,
ochenta las concubinas
e innumerables las vírgenes,
9 pero una sola es mi palomita preciosa,
la hija consentida de su madre,
la favorita de quien le dio la vida.
Las mujeres la ven y la bendicen;
las reinas y las concubinas la alaban.
El coro
10 ¿Quién es esta, admirable como la aurora?
¡Es bella como la luna,
radiante como el sol,
majestuosa como las estrellas del cielo!
El amado
11 Descendí al huerto de los nogales
para admirar los nuevos brotes en el valle,
para admirar los retoños de las vides
y los granados en flor.
12 Sin darme cuenta, mi pasión me puso
entre las carrozas reales de mi pueblo.[a]
Los amigos
13 Vuelve, Sulamita, vuelve;
vuélvete a nosotros,
¡queremos contemplarte!
El amado
¿Y por qué han de contemplar a la Sulamita,
como en las danzas de los campamentos?”
REFLEXIÓN
Responsabilidad individual en el conflicto matrimonial
Cuando tenemos problemas en nuestro matrimonio, es más fácil culpar al otro que asumir nuestra responsabilidad individual, frente a las situaciones que han originado el conflicto. Hablamos en tercera persona y esperamos que sea el otro el que cambie primero, nos quejamos y no oramos, dejamos al margen de la situación a Dios y lo que es peor, le damos mayordomía al diablo, para que gobierne nuestras emociones y reacciones, generando grietas en la relación difíciles de cerrar.
Justificamos nuestra queja constante, hablamos mal de nuestro esposo(a), nos expresamos de manera despectiva sobre el(ella) frente a otras personas; resaltamos lo que hace mal y nos olvidamos de las cosas buenas que hemos disfrutado a su lado.
La intimidad no solamente se expresa en lo sexual; cuando existe intimidad en la pareja, se disfruta cada segundo juntos. Es cuando la afinidad en gustos, actividades diarias, en sus conversaciones; las miradas llenas de complicidad y ternura y su compañía aun cuando hay un silencio absoluto, los hace sentir que la otra persona es el complemento perfecto, remanso de paz; y todo esto converge en una necesidad absoluta de anhelar que ese momento especial nunca acabe.
Esperar que sea el otro el que ceda, pida perdón, cambie, sin tener claro que primero debes ceder, pedir perdón y cambiar tú; obstaculiza la bendición de Dios para tu hogar. A veces es mejor omitir la falta que permitir que los gritos, los insultos, las humillaciones, las mentiras, los comentarios llenos de sarcasmo, erosionen lo que alguna vez se caracterizó por amor puro y verdadero en donde primó el respeto por la dignidad del ser amado.
Cuando presentas tus cargas al Señor y le entregas aquello que no puedes controlar, Él hace su parte; y mientras tu te encargas de hacer lo que te corresponde para agradarle a Él, lo inalcanzable para el hombre, es realizado por el Dios de imposibles en el corazón de nuestro cónyuge y comenzarás a ver, que la tormenta en la que se ha venido convirtiendo tu vida, ahora es solo una llovizna temporal que es fácilmente superada.
Alabanza sugerida
Canción: Música en el desierto – Corazón
Ver video aquí: https://bit.ly/2uHTXW8
OREMOS
Señor toma el control de mi matrimonio. Ayúdame a ver una pronta solución a cualquier diferencia que se presente entre nosotros. Enséñame a dirimir los conflictos a tu manera y no a la que el mundo nos enseña a manejar las dificultades. Bendice y protege mi hogar, gobierna tú en mi casa y danos tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Revélame lo que debo cambiar, para que mi esposo(a) se sienta honrado(a) delante de las demás personas y dame la determinación y la valentía, para ser más como tú, en el nombre de Jesús, amén.