TEXTO BÍBLICO
Isaías 18 (NVI)
Profecía contra Etiopía
“18 ¡Ay de la tierra de zumbantes langostas[a]
más allá de los ríos de Cus,
2 que por las aguas del río Nilo
envía emisarios en barcas de papiro!
Vayan, veloces mensajeros,
a una nación de gente alta y lampiña;
a un pueblo temido por doquier,
a una nación agresiva y dominante,
cuya tierra está surcada por ríos.
3 Cuando sobre las montañas
se alce el estandarte y suene la trompeta,
¡fíjense, habitantes del mundo!;
¡escuchen, pobladores de la tierra!
4 Así me dijo el Señor:
«Desde mi morada miraré impasible,
como los candentes rayos del sol,
como las nubes de rocío en el calor de la vendimia».
5 Porque antes de la vendimia,
cuando la flor se cae y madura la uva,
se podarán los retoños
y se arrancarán de raíz los sarmientos.
6 Todos ellos quedarán abandonados
a los buitres de las montañas
y a los animales salvajes;
durante el verano
serán el alimento de las aves de rapiña;
durante el invierno,
de todos los animales salvajes.
7 En aquel tiempo ese pueblo de alta estatura y de lampiña piel, ese pueblo temido en todas partes, esa nación agresiva y dominante, cuya tierra está surcada por ríos, le llevará ofrendas al Señor Todopoderoso. Se las llevará al monte Sión, al lugar donde habita el nombre del Señor Todopoderoso.”
REFLEXIÓN
Respuesta impredecible
El Señor, actúa de una manera impredecible en nuestra vida. Algunas veces, se manifiesta de manera inmediata, nos deja ver su grandeza en medio de nuestras dificultades y nuestra conversación fluye de tal manera que podemos obtener respuestas rápidas frente aquello que nos aqueja y nos roba la paz. Otras veces, permanece quieto, no ausente, observa detenidamente nuestras reacciones y nos invita a fortalecer nuestras disciplinas espirituales, entrenándonos a través de nuestras pruebas, para fortalecer nuestra fe y nuestro carácter.
Nuestra débil humanidad nos hace errar y fracasar en nuestros intentos por agradarle a Dios. Hasta los más fervientes creyentes, han pasado por tiempos de desierto, en donde la apatía espiritual es la protagonista. Con Dios no es fácil superar nuestras circunstancias difíciles, porque Él siempre nos va a exigir lo mejor de nosotros mismos, como por ejemplo amar y orar por nuestros enemigos; pero sin Él, en verdad es imposible salir victorioso y dar un grito de júbilo al final, porque Él es quien nos guía por senderos de justicia, nos lleva a puerto seguro y nos cubre en medio de la tormenta.
Él puede permanecer quieto, más no ausente. Prometió caminar a nuestro lado, no dejarnos solos, sostenernos cuando las fuerzas nos abandonen y darnos esperanza cuando ya no podamos más. Es quien nos da ese “empujoncito” que necesitamos cuando el temor nos impida ver el horizonte, cuando no veamos una salida clara a nuestros problemas. Sin importar qué tan grande es nuestro enemigo, nuestro Dios es mucho más fuerte y poderoso y jamás nos dejará avergonzados o humillados. Nos ama, de eso no hay la menor duda.
Ten presente que Dios no necesita de nuestra ayuda para vencer, pero nuestra confianza en Él, es una motivación muy grande para que podamos hallar tranquilidad y paz, para que podamos cambiar lágrimas en risas, para confundir a nuestros adversarios, porque aunque seamos sometidos a una gran opresión, sabemos que los planes de Dios para nosotros son garantía de una felicidad duradera y el saber que trabaja constantemente en nosotros, nos hace reconocer que no por ir más rápido, llegaremos más pronto a la meta.
Alabanza sugerida
Canción: Lo que quieras tú – Coalo Zamorano
Ver video aquí: https://bit.ly/2oL8xcO
OREMOS
Padre, gracias porque en tus tiempos de quietud, me has llevado a niveles más altos de crecimiento espiritual; he tenido la bendición de obtener de ti siempre lo mejor, aun en medio de las tormentas más fuertes, he sido beneficiado(a) con tu amor. Confío en ti. Sé que tienes una recompensa eterna para mí. Quiero conocerte cada día más y aunque no te vea estoy seguro(a) que estás a mi lado y no me dejas solo(a). Te amo con todas las fuerzas de mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.