TEXTO BÍBLICO
“Pues la sabiduría de este mundo es necedad para Dios. Como dicen las Escrituras:Él atrapa a los sabios en la trampa de su propia astucia.”
(1 Corintios 3:19 NTV)
REFLEXIÓN
He tenido que atravesar duros y áridos desiertos en mi vida, pero ninguno como la pandemia. En los anteriores a ese momento, los caminé aferrada al poder del Señor, convencida de su amor hacia mí, dando pasos firmes, mientras confrontaba mi dura realidad con su verdad en la palabra. De ese trasegar nació mi primer libro “Cartas de un Alma Restaurada”; pero mi verdadero tiempo de esterilidad espiritual se dio en medio del caos del mundo exterior y el huracán que sin anhelarlo se desató en mi hogar.
La unidad entre mi esposo y yo se vio quebrantada por la llegada de su hija a nuestra casa. Mi relación con ella no ha sido la más estable en los doce años que llevamos juntos y sus sentimientos negativos hacia lo que yo represento en la vida de su padre puso en evidencia los cimientos de arena en los que habíamos construido nuestra familia y nuestro amor.
Lo anterior es solo el preámbulo, pero no es el punto a tratar en este día. Todo lo que generó aquella visita que duró cerca de dos años, fue solo el preludio de mi caída. Caminaba sin un rumbo fijo. Cerré mis oídos a la voz de Dios. No podía orar. Las palabras escritas en la Biblia eran como si estuvieran escritas en un idioma desconocido para mí. El congregarse virtualmente en una iglesia que no era la mía, porque antes del COVID había decidido irme por causa de mi enojo en contra de algunos líderes trajo algo de paz, pero también estancamiento. No podía servir. Dejé mi segundo libro en pausa y por dos largos años no logré escribir ni una sola palabra ¡era un total desastre!.
Fui inmadura y coseché lo que sembré. Me quité voluntariamente la armadura de Dios y dejé que el enemigo jugara con mi mente. Fue absurda la manera en la que me derrumbé. Enfrenté depresión, contiendas, maltrato físico y psicológico entre mi esposo y yo, escasez financiera, indiferencia, abandono emocional y la palabra divorcio me robó el gozo y la capacidad de agradecer el ser una sobreviviente de mi propia necedad.
Estoy viva por la gracia de Dios. Hoy escribo este devocional por su perdón y misericordia. Mi esposo y yo seguimos juntos porque el Señor debe tener un propósito muy grande para los dos y la conclusión de esta historia es que nosotros mismos, cuando nos apartamos del Señor por creernos sabios en nuestra propia inteligencia, saboteamos sus planes y nos lanzamos directo al abismo de la destrucción que el mundo nos ofrece.
Cuando le bajas el volumen al mensaje de Dios, conectas a un amplificador lo que el diablo te vende. Al dejar de lado al Señor, dejas a merced del adversario tu presente y tu futuro. En el mundo sobrenatural hay una guerra espiritual entre el bien y el mal por tu alma, cuando bajas los brazos, le das autoridad y poder a tu enemigo para destruirte. Deja de culpar a los demás por lo que tú has dejado voluntariamente de hacer por ti mismo(a)… ¡Tú decides!
Alabanza sugerida
Canción: Mejores tiempos – Lilly Goodman
Ver video aquí: https://acortar.link/UIbuRf
OREMOS
Dios he sido derribado(a) por mi propia necedad. Gracias por levantarme y sostenerme y por acompañarme en el proceso. Me has entregado el manual y lo he guardado cuando más lo he necesitado. En el pasado le he otorgado poder a mi enemigo para derribarme, pero hoy le digo que no tiene poder ni autoridad sobre mi vida o la de mi familia. Hoy decido caminar de tu mano y ponerle amplificador de sonido a tu voz, cuando me susurras que me amas y quieres lo mejor para mí. Perdona mis fallas. En el nombre de Jesús te bendigo. Amén.