TEXTO BÍBLICO
REFLEXIÓN
Ante lo inevitable debemos estar alerta. A la opresión, la maldad, la destrucción, la enfermedad y a las heridas físicas y emocionales, no las podemos eludir para siempre y cuando llegan, llegan con la firme intención de derribarnos y hasta matarnos, pero es nuestra confianza en Dios la que nos hace tener la esperanza de la victoria.
Al ver la violencia a nuestro alrededor pareciera que el Señor está ausente y que sus promesas son inalcanzables y aunque el silencio sea perturbador es necesario perseverar, resistir, alabar, amar y clamar entendiendo que nuestro Padre tiene el control sobre todas las cosas que nos suceden.
Toda prueba tiene un entrenamiento previo. El Señor nos habla, nos advierte y nos invita a creer; y nuestra actitud en ocasiones es la de cerrar nuestros oídos a sus palabras y ser deliberadamente desobedientes. Para estar preparados durante la tempestad, el adiestramiento es la clave.
Los hijos desobedientes, los padres irresponsables, los avaros, los mentirosos, los que proclaman la paz de labios para afuera, avergüenzan a Dios y carecen de su apoyo; por ende, renunciar a toda práctica que nos aparta de los senderos de justicia que Él nos ha trazado y examinar nuestra conducta en pro de un arrepentimiento sincero, son requisitos indispensables para que su presencia en nuestra vida sea permanente.
Alabanza sugerida
Canción: Milagroso – Su presencia
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