Texto bíblico

Génesis 19: 30 – 38 (NVI) Lot y sus hijas “30 Luego, por miedo a quedarse en Zoar, Lot se fue con sus dos hijas a vivir en la región montañosa. Allí vivió con ellas en una cueva. 31 Un día, la hija mayor le dijo a la menor: —Nuestro padre ya está viejo, y no quedan hombres en esta región para que se casen con nosotras, como es la costumbre de todo el mundo. 32 Ven, vamos a emborracharlo, y nos acostaremos con él; y así, por medio de él tendremos descendencia. 33 Esa misma noche emborracharon a su padre y, sin que éste se diera cuenta de nada, la hija mayor fue y se acostó con él. 34 A la mañana siguiente, la mayor le dijo a la menor: —Mira, anoche me acosté con mi padre. Vamos a emborracharlo de nuevo esta noche, y ahora tú te acostarás con él; y así, por medio de él tendremos descendencia. 35 Esa misma noche volvieron a emborrachar a su padre y, sin que éste se diera cuenta de nada, la hija menor fue y se acostó con él. 36 Así las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. 37 La mayor tuvo un hijo, a quien llamó Moab, padre de los actuales moabitas. 38 La hija menor también tuvo un hijo, a quien llamó Ben Amí, padre de los actuales amonitas.”

Reflexión

Silencio profundo, que conduce a la muerte Viene a mi cabeza aquella frase “El que calla, otorga” y no puedo evitar pensar, en que al estar rodeados de lo que el mundo ofrece, siendo espectadores permisivos ante comportamientos y palabras que se resisten a la gloria de Dios, terminaremos finalmente influenciados y halados por la fuerza de lo atractivo del pecado, como les pasó a las hijas de Lot. Cuando convivimos y compartimos lo que allí se ofrece, se normaliza nuestro actuar, aunque esté en contra de lo que el Señor nos ha enseñado. Muchas veces, conociendo del Señor, ignoramos sus preceptos, para intentar alcanzar lo que a nuestro criterio, traerá bendición, obviando el hecho de que nuestro Padre, con sus leyes, busca protegernos y cuidarnos del mal. Al hallarnos sin salidas, tomamos caminos que nos alejan de Él y nos acercan más a nuestra propia destrucción. De la relación de incesto provocada por las hijas de Lot y de la pasividad de él, nacieron los más acérrimos enemigos de Israel, los Moabitas y los amonitas. No podemos esperar bendiciones, si hacemos lo que le desagrada a Dios, los placeres mundanos, la maldad, la traición, el engaño y todo aquello que se levanta en oposición al Todopoderoso, antecede nuestra muerte espiritual o física. Se fuerte y valiente y huye del mal. Se necesitan guerreros atrevidos, que tomen la decisión de obedecer a Dios, de tener como prioridad agradarle a Él y sólo a Él, de personas que quieran nadar contra la corriente de lo normal, para dejarse llevar de lo sobrenatural que nuestro Padre del cielo ofrece, y ese valiente, puedes ser tú, si así lo decides ¡hoy!

Oremos

Me declaro guerrero valiente en ti. Decido no desviarme del camino que me lleva hacia ti. Lucharé contra lo que me produce placer temporal, para apostarle a una eternidad de victoria a tu lado. Pongo mis debilidades delante de ti, para que te hagas fuerte en mí a través de ellas. En el nombre de Jesús y bajo el poder del Espíritu Santo. Amén.