Texto biblico
Génesis 4:4-16 (NVI) Caín y Abel «4 El hombre se unió a su mujer Eva, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!» 2 Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra. 3 Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. 4 Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo. 6 Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? 7 Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.» 8 Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató. 9 El Señor le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano Abel? —No lo sé —respondió—. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano? 10 —¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia. 11 Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado. 12 Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante. 13 —Este castigo es más de lo que puedo soportar —le dijo Caín al Señor—.14 Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo, y cualquiera que me encuentre me matará. 15 —No será así —replicó el Señor—. El que mate a Caín, será castigado siete veces. Entonces el Señor le puso una marca a Caín, para que no fuera a matarlo quien lo hallara. 16 Así Caín se alejó de la presencia del Señor y se fue a vivir a la región llamada Nod, al este del Edén».
Reflexión
Sincronizados con la bendición Nada de lo que hoy tenemos, lo podríamos disfrutar sin la ayuda de Dios, es de Él que provienen todas las cosas, entre ellas nuestra familia, amigos, conocidos y los talentos con los que hoy desempeñamos nuestras labores diarias. A la luz de la provisión que el Señor te ha dado, quisiera preguntarte: ¿Qué tipo de ofrenda, le presentas cada día?, ¿demuestras que quieres ganarte su favor? ¿Lo ignoras, como si Él no supiera lo que guardas en tu corazón?. Pretendemos recibir bendición, pero al Señor le ofrecemos las sobras de nuestra vida, solo lo buscamos cuando lo necesitamos, y una vez resuelta la circunstancia que nos motivó a acercarnos a Él, lo dejamos en el olvido. Nos enfurecemos, al ver que otras personas, reciben bendición sin merecerla y se ven felices y agradados con la vida que llevan, sentimos envidia, considerando que merecemos también experimentar algo de esa felicidad. Al fijarnos en lo que hacen o dejan de hacer los demás, descuidamos nuestra relación personal con Dios y actuamos de una manera que le desagrada al Señor. Cuando hacemos lo bueno ante sus ojos, sin quejas, sin contienda y somos agradecidos, recibimos paz, seguridad y confianza entre sus brazos, con el plus, de que podemos caminar con la frente en alto, porque nuestro pensar, decir, sentir y actuar, corresponde al de una persona conforme a su corazón.
Oremos
Padre, perdóname por anteponer mis deseos personales, aún sobre lo que tú me ordenas, ignorando que tu voluntad es la de proveerme todo en mi vida. Perdona mis quejas, peleas y falta de un corazón agradecido, reconozco que te fallo constantemente y te pido que renueves mi corazón, para que pueda presentarme delante de ti, libre de pecado y lleno de arrepentimiento sincero, para recibir de ti, la sonrisa de un padre orgulloso por los logros de su hijo(a). En el nombre de Jesús, Amén.