Texto biblico

Adán y Eva «Cuando Dios el Señor hizo la tierra y los cielos, 5 aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara. 6 No obstante, salía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie del suelo. 7 Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. 8 Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén, y allí puso al hombre que había formado. 9 Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal. 10 Del Edén nacía un río que regaba el jardín, y que desde allí se dividía en cuatro ríos menores. 11 El primero se llamaba Pisón, y recorría toda la región de Javilá, donde había oro. 12 El oro de esa región era fino, y también había allí resina muy buena y piedra de ónice. 13 El segundo se llamaba Guijón, que recorría toda la región de Cus. 14 El tercero se llamaba Tigris, que corría al este de Asiria. El cuarto era el Éufrates. 15 Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16 y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»»

Reflexión

Soplo de Vida

Lo primero que debes tener presente, es que respiras, porque Dios así lo quiere. Si en la mañana abriste los ojos, es porque el Señor, sigue confiando en que su obra creadora, osea tú, cumplirá el plan y el propósito por el cual existe. Cuando decidió permitirte vivir, lo hizo otorgándote privilegios y beneficios que ningún otro ser viviente puede disfrutar porque te pertenecen a ti, tu familia, tus hijos, tu trabajo, tus amigos, tu casa, todo lo que hoy te rodea, sea bueno o sea malo ante tus ojos, Dios los ve como bendiciones, dadas a ti en su amor. En Dios no hay casualidades, Él se tomó el tiempo adecuado para pensar en que necesitabas para ser feliz, lo que sucede, es que en muchas ocasiones, tu egoísmo, te impide ver sus maravillas, incumpliendo su mandato de cultivar y cuidar todo aquello que el te ha dado. Cuando ordenó no comer del fruto del bien y del mal, indicó a la humanidad, que la felicidad implica darle el control a Él de TODO y eso incluye ser obedientes, cumplir a cabalidad su palabra y darle a Él la potestad de tomar las decisiones importantes de la vida, para garantizar la permanencia y supervivencia, bajo su potestad y su poder. Al seguirlo, si cambias tu perspectiva y asumes una actitud diligente frente a los mandatos de tu Padre Celestial, podrás visualizar con mayor claridad que tienes a tu alrededor el paraíso.

Oremos

Padre amado, gracias por la vida que bajo tu voluntad hoy me concedes, por tu generoso amor y por tener el control de TODO en mi vida, guíame en tu amor, instrúyeme en cada paso que doy, para que no me desvíe y permanezca en tus caminos, siendo obediente a tus mandatos. En el nombre de Jesús. Amén.