¿Sueños rotos?

“Sus hermanos replicaron: —¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros, y que nos vas a someter? Y lo odiaron aún más por los sueños que él les contaba.”
Génesis‬ 37:8‬‬ NVI

Personalmente creo que nuestros sueños y proyectos debemos compartirlos con el Señor y guardarlos como un hermoso tesoro hasta que Él en su tiempo perfecto los haga realidad. Existen cocodrilos de sueños que van por ahí alegrándose de nuestros fracasos y deseando nuestras caídas, no les importa si se cumplen o no, porque son egoístas y les duele nuestro éxito y adicionalmente, se burlan de nuestros esfuerzos fallidos. Por otro lado tenemos familiares y amigos que nos aman y aunque pueden ser un motor para llevarlos a cabo, inclusive cuando la corriente en contra nuestra sea indomable, en ocasiones, no entienden o simplemente no están dispuestos a correr esa milla extra con nosotros. 

Dios es quien puede ayudarnos a cumplir nuestro propósito de vida, finalmente nos da tanto el querer, cómo el hacer. No nos juzga por nuestras fallas y es un Dios de segundas oportunidades. La clave está en no retroceder, ni rendirse. Cuando sabemos que Él está de nuestra parte que más da que tengamos opositores.

Ha llegado la hora de poner en una balanza si lo que necesitamos es la aprobación de otros para dar ese paso que tanto hemos esperado dar o el sí de parte de Dios; porque si lo que prevalece es la segunda opción, tenemos que llevar la visión a la cruz, para que alineados a su voluntad y en total dependencia de Él, reconozcamos su soberanía y le permitamos glorificarse en nuestros resultados de excelencia.

Oremos

Entiendo que en mis fuerzas nada puedo lograr. Necesito que tu me guíes en mis decisiones, que me lleves a lugares muchos más altos de los que yo pueda imaginar y que desvíes mi avance, cuando mis pasos me lleven por senderos que no te pertenecen. Glorificate en mi vida Señor, en el nombre de Jesús, amén.