El templo sagrado del Señor
Somos un templo sagrado para el Señor, que ha sido levantado para la gloria de su nombre. Por muchos años, éste templo ha sido profanado por el pecado, ya que nos hemos entregado a lo que éste mundo caído nos ofrece: drogas, promiscuidad, lujuria, alcohol, impureza y libertinaje, idolatría y brujería, odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades y envidia. De manera irresponsable, le hemos restado valor al tiempo que nos ha sido concedido en la tierra, para rendirle culto a nuestros propios deseos, actuando con indiferencia y subestimando la obediencia que se nos exige como hijos de Dios.
Lee mas