Nuestra cultura actual es de continuo consumo, deseamos lo último en tecnología y usar la ropa de marcas reconocidas, pero cuando no podemos costear ese estilo de vida o hay que priorizar algunos gastos nos sentimos mal.

Muchos queremos sentirnos aceptados dentro de un grupo de amigos, en el colegio o la universidad; nos cuesta mucho ver que otros llegan en carros de alta o baja gama y nosotros llegamos en transporte público y eso en cierto sentido nos avergüenza.

Hay que mencionar además que, en las congregaciones es común que muchos jóvenes se sientan que no encajan al no tener dinero para salir a comprar una hamburguesa después del culto de juvenil o no tienen para comprar la ropa que otros tienen y aunque esto pueda ser un sentimiento irreal, puede suceder que efectivamente haya personas que hagan sentir mal a otros por cómo es su apariencia, por no ser de una familia adinerada, por tener una casa humilde o porque están ejerciendo un ministerio.

La Biblia nos enseña que la iglesia es un cuerpo para compartir, para relacionarse, para ayudar, y en especial para adorar a Dios como el objetivo final de todo.

Con este artículo quiero mostrar que cuando hemos llegado a los pies de Cristo nuestra vida debe sufrir un cambio radical hacia los demás, hacia Dios y hacia nosotros mismos o si aún no has tomado esa decisión tan hermosa, busco no te desanimes si te llegas a sentir rechazado por alguien pues recuerda que la iglesia está llena de gente imperfecta.

Dios es imparcial

Algunos creen que pueden hacer que Dios los ame más o menos según sus actos, fijan la mirada en los actos y poco en la adoración que sale de un corazón sincero, no obstante este mismo dilema no es nuevo, la iglesia ubicada en la región de Colosas sufría esta misma enfermedad y el Apóstol Pablo se vio en la obligación de escribirles una carta que nos resulta útil en pleno siglo XXI.

Dice la Bíblia en Colosenses 3: 11 “En esta vida nueva no importa si uno es judío o gentil, [ a ] si está o no circuncidado, si es inculto, incivilizado, [ b ] esclavo o libre. Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros».

Había personas que según su nacionalidad, su apariencia física, su condición académica o su condición social tenían un trato distinto, pero Dios que es imparcial no actúa así con nosotros porque sabe que nada de lo que hagamos podrá hacer que nos ame más o menos y lo que aprecia con mayor pasión es un corazón sincero y humilde, es por tanto conveniente mencionar que no importa de cuál cultura provengas, puedes ser de afro, gitano, campesino, puedes ser el hombre o la mujer más fitnes, o muy delgado o muy rellenito, puedes ser de estatura baja o alta, narizón, orejón, Dios te ama por lo que eres en tu interior, Dios no mira si tienes títulos universitarios, si no sabes leer, si no sabes predicar, si no oras como tu pastor o algún cristiano que conozcas y muy importante es que Dios no te mira de manera diferente por tu condición social, te ama igual si eres desempleado, si eres millonario, si eres diezmas poco o diezmas mucho, lo realmente importante es lo que representas para Dios porque al fin de cuentas lo único importante es que CRISTO VIVA EN CADA UNO DE NOSOTROS.

Eres muy valioso no te sientas menos, se tal y como eres.

Un abrazo, Dios te bendiga

Escrito para Conectados con Cristo por: Pastor Dany Aristizabal Correa