«El SEÑOR le ordenó a Moisés que les dijera a los sacerdotes, hijos de Aarón: «No se contaminen tocando el cadáver de alguien de su pueblo, 2 excepto en el caso de un pariente cercano, como su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano 3 o una hermana soltera que, por no tener marido, dependa de él. 4 Como jefes de su pueblo, no deben hacerse impuros ni contaminarse. 5 »Los sacerdotes no se raparán la cabeza, ni se despuntarán la barba ni se harán heridas en el cuerpo. 6 Deben ser santos para su Dios, y no profanar su nombre. Son ellos los que presentan al SEÑOR las ofrendas por fuego, que son como el pan de su Dios. Por eso deben ser santos. 7 »Ningún sacerdote se casará con una prostituta, ni con una divorciada, ni con una mujer que no sea virgen, porque está consagrado a su Dios. 8 Considéralo santo, porque él ofrece el pan de tu Dios. Santo será para ti, porque santo soy yo, el SEÑOR, que los santifico a ustedes. 9 »La hija de un sacerdote que se hace prostituta se profana a sí misma y profana a su padre. Deberá ser quemada viva. Santidad del sumo sacerdote 10 »Aquel que sea elegido sumo sacerdote entre sus hermanos, y sobre cuya cabeza se haya derramado el aceite de la unción, y a quien se le haya conferido autoridad para llevar las vestiduras sacerdotales, no deberá andar despeinado ni rasgarse las vestiduras. 11 »No entrará en ningún lugar donde haya un cadáver. »No deberá contaminarse, ni siquiera por su padre o por su madre. 12 »No saldrá del santuario, para no profanar el santuario de su Dios, porque ha sido consagrado mediante el aceite de la unción divina. Yo soy el SEÑOR. 13 »La mujer que tome por esposa debe ser virgen. 14 No debe casarse con una viuda, ni con una divorciada ni con una prostituta. Debe casarse con una virgen de su mismo pueblo, 15 para que no profane su descendencia entre su pueblo. Yo soy el SEÑOR, que lo santifica.» Impedimentos para ejercer el sacerdocio 16 El SEÑOR le ordenó a Moisés 17 que le dijera a Aarón: «Ninguno de tus descendientes que tenga defecto físico deberá acercarse jamás a su Dios para presentarle la ofrenda de pan. 18 En efecto, no deberá acercarse nadie que tenga algún defecto físico: ninguno que sea ciego, cojo, mutilado, deforme, 19 lisiado de pies o manos, 20 jorobado o enano; o que tenga sarna o tiña, o cataratas en los ojos, o que haya sido castrado. 21 Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga algún defecto podrá acercarse a presentar al SEÑOR las ofrendas por fuego. No podrá acercarse para presentarle a su Dios la ofrenda de pan por tener un defecto. 22 Podrá comer de la ofrenda de pan, tanto del alimento santo como del santísimo, 23 pero por causa de su defecto no pasará más allá de la cortina ni se acercará al altar, para no profanar mi santuario. Yo soy el SEÑOR, que santifico a los sacerdotes.» 24 Y Moisés les comunicó todo esto a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas.” Su posición de liderazgo requiere un mayor sacrificio que el de una persona normal. He escuchado personas juzgarlos deliberadamente de ladrones, aprovechados o que no ejercen su ministerio con el honor e integridad que deberían y seguramente habrá uno que otro que no lo realice de la manera en que Dios espera que lo hagan, ¿pero quiénes somos nosotros para juzgarlos y condenarlos?¿Acaso ellos son de otro planeta?¿No son ellos seres humanos como cualquiera de nosotros?. ¿Cómo nos atrevemos a afirmar que la vida de ellos es solo de felicidad y que cómodamente se mueven por el mundo sin sufrir pruebas, ser tentados o tener necesidades? Pues debo decirte que si piensas así, estás muy equivocado, no es para nada fácil tener que sacrificar el tiempo con su familia, para atender las necesidades de toda una congregación, deben soportar chismes, señalamientos sin fundamento, la gente desagradecida, los servidores sin compromiso. Las iglesias subsisten de los diezmos, también pagan impuestos, servicios públicos y salarios de las personas que trabajan allí, pero robamos descaradamente a Dios, disfrazando nuestra desobediencia con prejuicios; adicionalmente deben apartar tiempo y esfuerzos para las obras de misericordia, a veces sin el apoyo requerido de las personas piadosas que dicen seguir a Dios, pero que permanecen expectantes queriendo recibir sin dar. Ellos son los más expuestos a tentaciones, si el enemigo nos coloca obstáculos a nosotros que somos uno más dentro de una mar de gente que, aun estamos en proceso de transformación y de alguna manera nuestras fallas pasan inadvertidas, imagínense el tipo de pruebas que ellos deben enfrentar y sentirse responsables en medio de sus angustias, tristezas, dolor, problemas de salud o financieros, de dar testimonio de su fe y confianza en Dios, para que sus ovejas no se alejen del redil. Definitivamente es admirable su labor, obvio da rabia que existan personas que se encarguen de manchar su buen nombre, pero no debemos generalizar. Hoy quiero hacerles un llamado a orar por ellos, a sostenerlos en dificultad, a levantarlos a ellos y sus familias cuando se encuentren en tribulación, a no dejarlos solos, a defender nuestra fé, cuando otros se atrevan a hablar mal de su cabeza espiritual, manteniendo el respeto que como hijos de Dios debemos profesar. En el nombre de tu hijo amado Jesús, bendecimos a sacerdotes, pastores y líderes espirituales a nivel mundial. Me comprometo contigo Señor, a respetarlos y a afirmarlos con mis palabras. Te pedimos Padre tu respaldo y especial cuidado para ellos y sus familias. Prospera la obra de sus manos, llénalos de tu amor y guíalos en integridad de corazón en todo momento y todo lugar. En el nombre de Jesús, amén.Texto Bíblico
Levítico 21 (NVI)
La santidad de los sacerdotes
Reflexión
¿Tienes algo que decir de sacerdotes, pastores o líderes espirituales?
Pastores, sacerdotes, líderes espirituales, son escogidos por Dios para su servicio y merecen todo nuestro respeto. Son quienes van al frente, guiando el pueblo de Dios a la santidad que nos exige el Señor y por ende, nuestro ejemplo a seguir.
Oremos
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