Circunstancias difíciles hemos pasado todos, y el 99.9% de las personas recordamos que son momentáneas. El alma se encamina a altas y bajas, en esos momentos parece que vivimos en una montaña rusa sin control y sin fin, nos sentimos más mal que bien, que no podemos ver el final, nuestro corazón está lleno de deseo por agradar y hacer lo que a Dios le gusta, pero nuestro corazón está divagando entre sentimientos negativos que nos opacan la realidad y no permite ver lo que Dios determinó para nuestra vida.
Nos llegamos a sentir que estamos en un camino equivocado, que no podemos con la vida que hasta ahora llevamos y que estamos errando, los sentimientos son miles. En esos momentos solo podemos aferrarnos de la mano de Dios, creer, confiar y pegarnos a su palabra así sienta lo contrario. Es un reto para mí, no es fácil ejercitar el músculo de mi mente, pero es gratificante ver los resultados.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28 RVR1960
Cada vez que recuerdo este versículo, puedo imaginarme a Pablo pasando por tanto sufrimiento y ver su cara llena de paz y confianza en Dios porque sabía que realmente todas las cosas le ayudarían para bien y lo estaban llevando al propósito que Dios tenía para su vida, entendía que no había nada ni nadie que impidieran eso. Al leer por todo lo que pasó Pablo y ver que en medio de su dolor estaba confiado me llena de esperanza; se que puedo sentirme mal pero debo recordar que todo esto por lo que estoy pasando tiene un sentido de bien para Dios. Mi mente y mi corazón deben entender que mi descanso está en Él, que nada ni nadie puede frustrar sus propósitos, todo lo que sucede no lo toma de sorpresa ya que Él todo lo sabe y lo conoce.
Como dice en efesios 1:11 “…Hace todas las cosas según el designio de su voluntad”. Esto solo quiere decir que Él puede hacer realidad todas las cosas si así lo decide. Por lo tanto todo está hecho por Él y bajo su control. ¿De quién y de qué temeré?
Todo mi ser debe creer y estar 100 por ciento seguro que el bien y el mal que yo percibo de mi situación están bajo el control de Dios. Esto me lleva a descansar, ponerle fin a esa montaña rusa de mi alma y comprender que todo tiene un ciclo.
Escrito por Nina Gutiérrez para www.conectadosconcristo.com