Texto Bíblico

Celebración de la Pascua

Josué 5: 10 – 15 NVI

“10 Al caer la tarde del día catorce del mes primero, mientras acampaban en la llanura de Jericó, los israelitas celebraron la Pascua. 11 Al día siguiente, después de la Pascua, el pueblo empezó a alimentarse de los productos de la tierra, de panes sin levadura y de trigo tostado. 12 Desde ese momento dejó de caer maná, y durante todo ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra.

El comandante del ejército del Señor

13 Cierto día Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Es usted de los nuestros, o del enemigo? 14 —¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como comandante del ejército del SEÑOR. Entonces Josué se postró rostro en tierra y le preguntó: —¿Qué órdenes trae usted, mi Señor, para este siervo suyo? 15 El comandante del ejército del SEÑOR le contestó: —Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado. Y Josué le obedeció».

Reflexión

Todo inicio tiene un final

El pueblo de Israel comandado por Josué, había llegado a las tierras de Jericó con una sola idea en la mente, ver cumplida la promesa del Señor en la que podrían habitar la tierra prometida.

Con la pascua comenzó el éxodo y termina en éste punto de la historia con ésta misma celebración; el peregrinar por el desierto inició con la provisión directa de Dios del maná como alimento en su travesía y termina al llegar a Jericó, lugar en el que comenzarían a alimentarse de los frutos de la tierra. Celebraron la pascua para conmemorar el haber sido liberados de la esclavitud en Egipto y con ésta misma fiesta dan inicio a la conquista de la tierra prometida.

Hay un punto de inicio y un punto final en las etapas de nuestro caminar con Dios. Tocamos fondo, estamos atados a la esclavitud de lo que el mundo nos ofrece, entregados a la desidia, con raíz de amargura en nuestro corazón; y luego llega Dios a nuestra vida, para darle sentido y mostrarnos un amor infinito e incondicional que durante el proceso, nos hace entender cuál es el propósito de nuestras pruebas y porqué hemos sido dotados de talentos, habilidades, capacidades y características de nuestra personalidad.

Nos da una identidad como ciudadanos del cielo y nos reviste de la fuerza y autoridad para conquistar nuestros sueños de su mano. El punto final de nuestro peregrinar es cuando tomamos la decisión de servirle a Dios, como retribución a lo que hizo con nosotros, queriendo dejar huella en el corazón de otros, ser los brazos del Señor para consolar, aconsejar y animar en base al conocimiento, la experiencia y nuestra relación íntima y personal con Él. De allí en adelante nuestra queja se convierte en oportunidad y las pruebas son la manera de crecer espiritualmente.

Somos sometidos a cruzar desiertos para ser entrenados por Dios, para dar fruto en ésta tierra, y ser soldados de su ejército poderoso. En la medida que vayamos superándolos nos iremos haciendo más fuertes, sentiremos su presencia en cada instante de nuestra vida y jamás volveremos a separarnos de Él, porque tenemos claro que solo con Él alcanzamos la victoria pase lo que pase. El Señor tiene un plan para ti y créeme que no es el que te quedes parado allí sin hacer nada, eres parte de un equipo que ya ha recibido instrucciones de lo que debe hacer en éste mundo ¡obedece y actúa!.

Alabanza sugerida:

Canción: Saldrás de ésta – Redimi2 y Lucía Parker

Ver video Aquí: http://bit.ly/20qQK7b

 

Oremos

Señor, déjame ver tu propósito con cada prueba que atravieso y revélame lo qué debo hacer. Soy un soldado de tu ejército y quiero honrarte con mi servicio. Gracias Dios, por cada experiencia vivida, por el conocimiento y las lecciones aprendidas porque hoy me siento capacitado(a) para ser usado(a) por ti para ayudar a otros a levantarse y seguir hacia adelante. Te amo y aquí estoy, úsame como instrumento de bendición, en el nombre de Jesús, amén y amén.