TEXTO BÍBLICO
“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”.
(Romanos 8:28 NVI)
REFLEXIÓN
En alguna ocasión, tras una publicación que realicé en mis redes sociales en donde conversaba con mis seguidores acerca de la felicidad, alguien comentó que yo predicaba el evangelio de la prosperidad. Eso me sorprendió y me afectó en primera instancia, pero luego de reflexionar, decidí responder en amor diciendo: “No puedo hablar cosas malas del Señor, porque Él me demuestra su amor a diario. Si consideras que afirmar que Él es bueno, que tiene lo mejor para nosotros y que anhela nuestra felicidad es evangelio de la prosperidad… pues no te voy a refutar”. Por supuesto dicha apreciación por parte de esta persona era errada porque, en mis escritos y videos, jamás he dicho que debas sobornar a Dios entregándole tus bienes para que Él te dé casa, carro y beca o que tu éxito se enfoque en los bienes materiales que poseas o los títulos que acumules.
Creo que Dios nos da lo que necesitamos y lo que en su soberanía considera merecemos, no por obras, sino porque Él así lo decide. Sé que es complicado decirle a alguien que fue desahuciado por una enfermedad grave, que acaba de perder su empleo o que se siente traicionado, que todas estas cosas le suceden para su bienestar y para que sea feliz, pero en las peores circunstancias de la vida, Dios nos da esperanza. Si los médicos te dijeron que no hay nada que hacer y que te restan pocos días de vida, tienes la promesa de una vida eterna junto a Él, sin dolor ni tristeza; si te cerraron puertas laborales, es porque vendrán tiempos mejores y el Señor está abriendo otra más grande para que entres por allí y triunfes en el campo profesional que te propongas; si fuiste traicionado(a) o abandonado(a), a través de la llave del perdón, te recompensará al ciento por uno aquello que te fue arrebatado. Solo espera con paciencia, el tiempo de Dios es perfecto.
No es simple teología mundana, es realidad. Dios no miente. Fue, es y será el mejor aliado que podemos tener. En las buenas y en las malas situaciones nos acompaña, nos sostiene, nos consuela y nos anima a avanzar. Los desiertos existen no para evadirlos, sino para atravesarlos con determinación, al llegar al otro lado y alcanzar nuestra meta nos daremos cuenta de que no somos los mismos, que fuimos transformados y que nada, absolutamente nada, será igual a como era antes… todo será mejor.
Alabanza sugerida
Canción: Todo Va Estar Bien – Barak
Ver video aquí: https://acortar.link/rm1oGy
OREMOS
Señor mis ataques de ansiedad son cada vez más frecuentes y aunque conozco tu voluntad buena, agradable y perfecta para mi vida, mis emociones me traicionan y terminan por dominarme. Dame libertad y aparta de mí todo temor. Susúrrame al oído que todo va a estar bien cada segundo de mi día, no permitas que mis pensamientos negativos ahogen mi esperanza en tí. Haz de mi una persona fuerte y perseverante. Siempre has sido fiel y me aferro a esa verdad. Te amo Jesús, con todas las fuerzas de mi corazón. Amén y amén.