TEXTO BÍBLICO

Salmos 99 (NVI)

El Señor es rey:
que tiemblen las naciones.
Él tiene su trono entre querubines:
que se estremezca la tierra.
2 Grande es el Señor en Sión,
¡excelso sobre todos los pueblos!
3 Sea alabado su nombre grandioso e imponente:
¡él es santo!

4 Rey poderoso, que amas la justicia:
tú has establecido la equidad
y has actuado en Jacob con justicia y rectitud.

5 Exalten al Señor nuestro Dios;
adórenlo ante el estrado de sus pies:
¡él es santo!

6 Moisés y Aarón se contaban entre sus sacerdotes,
y Samuel, entre los que invocaron su nombre.
Invocaron al Señor, y él les respondió;
7     les habló desde la columna de nube.
Cumplieron con sus estatutos,
con los decretos que él les entregó.

8 Señor y Dios nuestro, tú les respondiste;
fuiste para ellos un Dios perdonador,
aun cuando castigaste sus rebeliones.

9 Exalten al Señor nuestro Dios;
adórenlo en su santo monte:
¡Santo es el Señor nuestro Dios!

REFLEXIÓN

Trono real

De acuerdo a lo consignado en la Biblia de estudio arqueológica, los tronos reales y rituales del mundo antiguo, se construían de marcos de madera revestidos con metales e incrustados con piedras preciosas; la ornamentación popular incluía grabados de leones, esfinges aladas y criaturas mitológicas. Según la tradición artística, a través del mundo antiguo, estas servían como imágenes de poder y autoridad.

Imagínate cómo podría llegar a ser el trono divino de nuestro Señor? Él es todopoderoso, todo puede observarlo desde allí, es lleno de luz, fuego y esplendor. Desde ese lugar puede impartir justicia a cada ser sobre ésta tierra. Sin embargo, no podemos olvidar que nosotros también tenemos una responsabilidad desde aquí elevando plegarias al cielo, con un corazón dispuesto a implementar cambios radicales de acuerdo a sus instrucciones; acercándonos a Él con humildad y sinceridad; honrándolo a través de un lugar santo, en la iglesia y en nuestro hogar.

El lugar que comúnmente usas para acercarte y entrar a la presencia de Dios a través de la oración, no puede ser el mismo en el que discutes con tu familia y haces lo que es contrario a su palabra. Si bien es cierto debemos mantener comunicación constante con Él, ese tiempo especial, debe darse en un lugar específico, preparado para batallar en oración, por lo que amas y más anhelas.

Algunos lo llaman cuarto de guerra; íntimo y cuidadosamente preparado para brindar confort, paz, tranquilidad y propiciar un ambiente espiritual sano, en el que puedas derramar tus expectativas de vida ante nuestro Dios y recibir su instrucción  por medio de su palabra, para así, poder darle aplicabilidad en nuestra cotidianidad.

Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia en tu vida espiritual. Prepararte para cada encuentro con el Señor, es necesario; sé creativo, personaliza ese espacio como lo prefieras y date la oportunidad de disfrutar de tu tiempo con Él, en perfecta intimidad.

Alabanza sugerida

Canción: No hay lugar más alto – Miel San Marcos & Christine D’clario

Ver video Aquí: http://bit.ly/2gwuw3g

OREMOS

Señor, te busco cada día, para ser instruido(a) en tu amor y tu palabra. A tus pies te entrego lo que soy, te necesito. Gracias por guiarme, perdonarme y acercarme a ti cada día más. Te alabo y te adoro mi Dios, toma el control de mi vida. De rodillas, libro mis más duras batallas, seguro(a) de que a tu lado, alcanzaré la victoria y mis enemigos no podrán derribarme. En el nombre de Jesús, declaro que te sirvo sólo a ti y que ningún plan que satanás tenga sobre mí y mi familia, tendrá éxito; te anhelo Señor, amén y amén.