“Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. 

2 Corintios 4: 7 – Traducción al Lenguaje Actual

Existe una diferencia fundamental entre rendirse ante una circunstancia y rendirse ante Dios. Pablo escribe a la iglesia de Corinto sobre cómo somos depositarios de un tesoro, las buenas nuevas, pero en un contenedor frágil.  La necesidad de ser conscientes de quienes somos, como frágiles vasijas de barro, nos lleva a pensar en quienes somos.

La Palabra dice de los creyentes que somos hijos, herederos, nuevas criaturas, regenerados, renovados, etc., sin embargo en múltiples ocasiones nos llama a la sensatez al invitarnos a no olvidar que somos frágiles, como una invitación constante a depender de nuestro Dios. Esto tiene además una relación directa con aquellos momentos difíciles que pasamos, los cuales nos deberían llevar siempre ante Él.

Pablo, quién seguramente pasó por malos momentos en su vida, buscaba respuesta y consuelo en Dios, lo cual se reflejó en una palabras que vinieron directamente del Padre.

El apóstol escribió:

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” 2 Corintios 12:9a – RV60

La razón por la cual es necesaria una sensación de debilidad, y una posición de humildad delante de Dios, es que esto permite que el poder de Dios fluya en tu vida, y aunque aquellas cosas que no son positivas sobrevengan podamos decir como Pablo…

“Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.”

2 Corintios 4: 8-9 – TLA

Hoy te invito a ser humilde delante de Dios, porque de esta forma hallarás la fuerza necesaria en Jesús. Hoy te invito, si ya te sientes débil, a recordar las palabras del Padre al apóstol Pablo. Hoy te invito a depositar en Él todas tus cargas, a estar atentos porque en ocasiones las calamidades tienen un origen diverso, a estar vigilantes, y a siempre confiar en Él. (Lee 1 Pedro 5:7-10)

Hoy siéntete honrado de ser llamado frágil vasija de barro,

¡Hoy te bendigo!