Me puse a meditar estos días que estuve afuera de la ciudad con mi familia, la verdad esos viajes son únicos, que el tiempo de calidad con nuestros seres queridos son enriquecedores y llenos de recuerdos que alegran nuestro corazón. Estaba sentada viendo el hermoso paisaje, disfrutando de la paz y la tranquilidad que se siente en esos lugares y del mejor compañero de aventuras, Dios que nunca falta y siempre está allí, cuando me puse a reflexionar sobre los propósitos de este año nuevo.
Como muchas otras personas, hice una lista de sueños y metas por cumplir y después pensé en cómo o en qué posición pondría cada uno de ellos. Lo único cierto es que son muchos. Sin embargo me di vuelta y recordé los del año pasado y en cuántos había cumplido y en cuántos deserté. Me di entonces cuenta que, muchos no se cumplieron y pensé si no era la voluntad de Dios o si dejé de orar por ellos. Lo cierto es que Dios nos da metas y sueños y una nueva oportunidad para poderlos cumplir bajo su voluntad.
Me puse a pensar que el 50% de las personas que hacen los propósitos del año nuevo a finales del mes de enero fracasan y 8 de 10 personas abandonan o se olvidad de ellos y al pasar los días y meses nos desanimamos, tratamos de hacer mucho y como resultado no hacemos nada bien. Ten presente que no es en tus fuerzas, sino en las de Dios y que en cada propósito que hemos colocado esté allí Él por encima de todo. Aléjate de las distracciones que impidan la realización de tus metas y mantente centrado en lo que te importa realmente: honrar, dar fruto y glorificar a nuestro padre celestial.
Recuerda esto, que este viaje que ya hemos iniciado este año y que cada propósito que hemos escrito es un proceso de enseñanza, refinamiento, y moldeo; además Dios usará su palabra como una lámpara para iluminar el camino y revelarnos las cosas que tengamos que cambiar. Esto hace que en el viaje se presenten altos y bajos momentos o situaciones que nos hagan desistir, pero todo está diseñado para que seas la persona que Dios quiere que seas. Hazte estas preguntas y respóndelas en tu interior ¿Qué le he estado diciendo Dios este último año? , ¿De qué área de tu vida quiere Dios hacerse cargo y usar para su gloria?
Seamos sinceros, esto no es una tarea que cumplir del colegio o universidad, esto es más que eso, es un viaje de aprendizaje en donde demostraremos de qué estamos hechos espiritualmente, en dónde Dios nos probará si somos fieles y si estamos firmes. Nunca olvides que estamos con el mejor maestro, porque aunque duela cuando Dios nos disciplina y nos moldea Él lo hace por amor a sus Hijos.
No te desanimes, más bien que este viaje sea un deleite para Dios, donde sacaremos el mejor fruto y la mejor cosecha para Él. Recuerda que Él nos dio la victoria y sus promesas son un Si en Cristo. ¡Anímate! a cumplir esas promesas y metas para honrar y darle la gloria a nuestro padre celestial.
Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del SEÑOR en esta tierra de los vivientes. Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
(Salmos 27: 13-14 NVI)
Escrito por Sofía Ávila para www.conectadosconcristo.com