TEXTO BÍBLICO
Salmos 140 (NVI)
Al director musical. Salmo de David.
“140 Oh Señor, líbrame de los impíos;
protégeme de los violentos,
2 de los que urden en su corazón planes malvados
y todos los días fomentan la guerra.
3 Afilan su lengua cual lengua de serpiente;
¡veneno de víbora hay en sus labios! Selah
4 Señor, protégeme del poder de los impíos;
protégeme de los violentos,
de los que piensan hacerme caer.
5 Esos engreídos me han tendido una trampa;
han puesto los lazos de su red,
han tendido trampas a mi paso. Selah
6 Yo le digo al Señor: «Tú eres mi Dios.
Atiende, Señor, a mi voz suplicante».
7 Señor Soberano, mi salvador poderoso
que me protege en el día de la batalla:
8 No satisfagas, Señor, los caprichos de los impíos;
no permitas que sus planes prosperen,
para que no se enorgullezcan. Selah
9 Que sobre la cabeza de mis perseguidores
recaiga el mal que sus labios proclaman.
10 Que lluevan brasas sobre ellos;
que sean echados en el fuego,
en ciénagas profundas, de donde no vuelvan a salir.
11 Que no eche raíces en la tierra
la gente de lengua viperina;
que la calamidad persiga y destruya
a la gente que practica la violencia.
12 Yo sé que el Señor hace justicia a los pobres
y defiende el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre
y los íntegros vivirán en tu presencia.”
REFLEXIÓN
Como usted me trate, yo lo trato…
En el transcurso de mi vida, he tenido contacto con todo tipo de personas, que de alguna manera, han sido de bendición para mí. He tenido que enfrentar situaciones absurdas a causa de chismes, murmuraciones, envidia o por imprudencias que bajo mi responsabilidad he cometido; situaciones de un nivel muy alto de estrés y preocupación, pero que al final, me han permitido avanzar en mi madurez espiritual y en mi capacidad de respuesta cada vez menos agresiva.
Nuestra primera línea de defensa cuando nos atacan, es responder y justificar nuestras acciones o palabras, a fin de salir bien librados pero no siempre lo logramos, porque nos dejamos llevar de la emocionalidad del momento y por el tono de voz y los gestos de rabia de nuestro opositor, quien no duda al lanzar sus juicios faltos de valor delante de otras personas, atentando contra nuestra integridad física y emocional.
Si fuéramos prontos para reconocer a Dios en medio de ese tipo de confrontaciones, seríamos lentos en responder, porque si lo que realmente nos importa es lo que Él piensa de nosotros, nos mediríamos a la hora de ser humillativos, sarcásticos y groseros.
Siempre traerá más beneficios para el ser humano, la paz y no la guerra, hacer el bien y no el mal, alejarse de los problemas, poner guarda a nuestra boca, perdonar y ser perdonado, no participar en conversaciones necias, ni ser cómplices en los planes para destruir la imagen o reputación de otra persona.
Somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos y teniendo clara esta premisa, podremos lograr una victoria absoluta y radical en medio de la oscuridad que nos rodea.
Para Dios no existen los términos medios y Él aborrece la tibieza. A los violentos, mentirosos, chismosos, murmuradores, aquellos que fomentan las divisiones y disensiones, a los engreídos y tramposos, les espera ahogarse en su propio veneno, porque todo aquel que se meta con un(a) hijo(a) de Dios, tendrá que enfrentar el juicio justo de la única persona que realmente conoce sus malas intenciones y que ha visto y oído absolutamente todo lo que se haya hecho o dicho en ésta tierra.
A quienes optan por la protección y seguridad que Dios ofrece, no serán defraudados, sus derechos serán restituidos y vivirán siempre en la presencia del Señor, ¡Tú eliges de qué lado estás!
Alabanza sugerida
Canción: Eterna relación – Su Presencia
Ver video aquí: http://bit.ly/2uHAffu
OREMOS
Tú tienes razón Señor, he sido ligero(a) de labios y me he dejado llevar por la rabia e impotencia que siento, cuando los juicios y planes malvados que otras personas han levantado en en mi contra, amenazan con dañarme. He preferido confiar en mi propio criterio, respondiendo de la misma manera equivocada y hoy quiero, pedirte perdón.
Pon guarda en mi boca y has que mi primera línea de defensa sea la verdad y la bondad. Que sin importar la situación que esté enfrentando, tenga presente que eres tú quien me defiende y me protege de mis enemigos y que al final son tus planes para mi vida los que prevalecen al mantenerme alineado(a) a tu voluntad. En el nombre de Jesús, bendigo éste día y me encomiendo a ti, amén y amén.