TEXTO BÍBLICO
“Así también ustedes deberían considerarse muertos al poder del pecado y vivos para Dios por medio de Cristo Jesús. No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos.”
(Romanos 6:11-12 NTV)
REFLEXIÓN
La palabra de Dios nos dice que todos nacemos pecadores y que en esta tierra no existe un solo justo (Romanos 3:9-12 NVI). Sin embargo, al recibir a Cristo en nuestra vida, ese pecado es disipado por voluntad propia pero con la ayuda del Él, porque en nuestras fuerzas, nada podemos lograr (Juan 15:5 NVI).
Pecado es vivir nuestra vida en rebeldía separados del Señor, otorgando un lugar de relevancia a nuestra vieja naturaleza, a nuestras pasiones más oscuras, a emociones perversas, a las mentiras del mundo a los engaños de Satanás y a la muerte. Sí, optar por lo que no es de Dios, es entregarle el control al diablo de todo lo que para nosotros es primordial.
El libre albedrío es el poder de decidir libre y voluntariamente sobre algo. Hace parte de la libertad que Dios nos dio de decidir entre el bien y el mal, con el conocimiento previo de que cada acción tiene una consecuencia positiva o negativa. Las opciones son reveladas cada día. Dios nos da guía a través de su palabra, satanás muestra sus cartas a través de las falsas expectativas de riqueza, placer temporal, supuesta tranquilidad, grandes y efímeros beneficios personales que trae el actuar en desobediencia al Padre Celestial; pero al final, somos nosotros los que elegimos.
Para aprender debemos recordar. Es momento de pensar en lo que tuviste que soportar cuando has caminado sin escuchar la voz de Dios. La sensación de vértigo que se experimenta es impresionante cuando andamos a la deriva sin un norte fijo, porque perdimos de vista el faro de luz que nos lleva a puerto seguro. El nivel de incertidumbre e impotencia ante las tormentas se vuelve insoportable y es inevitable la turbulencia, la infelicidad y la amargura… Lo anterior sobreviene al actuar de un enemigo que quiere verte derrotado.
Al obedecer a Dios y cumplir sus preceptos, adquirimos un seguro de vida que no nos garantiza el paraíso terrenal, pero si un oasis en medio del desierto. Nos mantiene a salvo. Cristo es la respuesta. En Él tenemos la convicción, el poder y la competencia para enfrentar con valentía nuestras dificultades; entendiendo que de la mano de Dios, cada situación en particular tiene una solución con un final feliz para cada uno de nosotros. Tenemos la seguridad de sobrevivir, aprender y crecer, aunque las circunstancias no sean las esperadas. Nos reta a hacer lo impensable, pero alineados a su voluntad; todo esto, con la firme intención de preservar su legado y buen nombre.
Alabanza sugerida:
Canción: Jesucristo basta – Un corazón
Ver video aquí: https://acortar.link/KPUF28
OREMOS
Eres lo que necesito para alcanzar la paz que tanto anhelo. Jesús, sin ti no soy nada y nada puedo lograr. Me acerco a ti para ser mejor en todos los aspectos de mi vida y solo contigo de mi lado lo puedo lograr. Padre, renuncio al pecado que hay en mi y te doy el lugar de importancia que te mereces en mi existencia. En el nombre de tu amado hijo Jesús, amén.