Me acuerdo cuando era tan  solo una chica de 15 años ansiosa por conocer el amor. En ese tiempo solo iba a la iglesia por ir, no me congregaba lo suficiente y simplemente asistia cuando quería. Mi relación con Dios era muy dispersa, no pasada tiempo con Él y no le oraba con fervor y dedicación.

Cuando llegó el cambio de año ya estaba en 10 décimo grado y conocí a alguien con quien llegué a sentir eso que dicen  «mariposas en el estómago» y pues si la verdad me enamoré. Ese chico, al parecer muy interesante, no conocía de Dios, solo quería “disfrutar su vida” y lo que quedaba de la época del colegio.

Nos seguimos conociendo hasta durar casi 2 años; en ese lapso de tiempo  dejé por completo la iglesia y al cumplir mis 18 años, tuvimos una pelea muy complicada donde nos hicimos mucho daño por lo que finalmente decidí terminar con esa relación. La verdad me dio muy duro, llegue a enfermarme y caer en una depresión horrible. Inclusive llegué a pensar en  quererlo nuevamente a mi lado, aunque dentro de mi corazón algo me decía que ya era tiempo de parar.

Mi mamá me invitó a una nueva iglesia y con algo de pereza y vergüenza accedí a ir. La verdad me sorprendió mucho e hice la oración de fe; Quedé impactada al ver el ministerio de alabanza y el fuego que salía de ellos para adorar a Dios, lo que me llevó con el tiempo a seguir asistiendo. Dios me conectó nuevamente con su amor, sorprendiéndome positivamente la manera en que Dios nos busca, nos insiste y nos enamora para rencontrarnos con Él.

Filipenses 1:6 Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.

Quiero con este pequeño testimonio de mi vida, invitarlos a que aunque vengan crisis espirituales en nuestra vida, que no queramos saber más de Dios, tirar la toalla o que nos sintamos cansados de esperar una respuesta, busques o vuelvas a sus caminos. Seguramente no va a ser fácil pero te puedo asegurar si será felizmente transformada.

Sigue el primer amor, no el del mundo, sino el de Dios. El único que es correspondido sin pedir nada a cambio, real y transparente.  Quiero que te hagas esta pregunta ¿De dónde te sacó Dios? Así como a mí me sacó de la depresión estoy convencida que a ti te va a sacar también de la enfermedad, de la muerte espiritual o de cualquier situación que estés pasando. Confía en Él y vuelve la mirada a lo verdadero y  lo  eterno.  Arrepiéntete de ese pecado que estas alimentando, sácalo de tu vida  y vuelve al primer amor que es JESÚS.

 Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.
Apocalipsis 2:4-5 NVI

Escrito por Sofía Ávila para www.conectadosconcristo.com