No se puede negar, tener a Cristo en el corazón es motivo de alegría, felicidad y muchas sensaciones maravillosas, sin embargo, también es cierto que sin importar si eres o no cristiano(a), todos enfrentamos momentos difíciles, situaciones que creemos sobrepasan nuestras fuerzas, días complicados que anhelamos se terminen pronto, donde todo sale mal, mejor dicho, ¡es el día!, desde que te levantas ya estas enfrentando tensión pues la alarma no la escuchaste y se te hizo tarde, luego el autobús pasa completamente lleno y no se detiene cuando lo solicitas o tu vehículo tiene una llanta espichada, ahí tu corazón comienza a latir con rapidez, sientes que tu respiración es más agitada especialmente porque tenías un parcial en la U que determina perder o ganar el semestre, o recordaste el informe  que no hiciste y te imaginas la cantaleta que tu jefe te dará.

Llegas a tu lugar de destino y observas que te miran con burla, risas escondidas que gritan que llegaste tarde pero nadie pregunta los motivos de llegar tarde,  te conviertes en el plato que alimenta los comentarios, las burlas y hasta las critica, reaccionas con rabia, pones mala cara, discutes con los demás o reaccionas de manera violenta se te dañó el día y tu cuerpo y mente lo saben, luego en la tarde anhelas tu casa, te imaginas llegar a descansar, ver TV, chatear en el Cel o simplemente comerte una buena comida hecha por mamá o por tu esposa o esposo ¡oh!, pero encuentras que en tu casa no hay luz o que tus padres salieron sin avisar y te quedaste afuera, o que tu esposo (a) no hizo la cena, que tienes visita inesperada y no sabes poner buena cara, ahora estas hambriento (a) con cansancio, aburrido y con gente que se cruza entre tu y el descanso, ahí tu enojo sube de tono llegando a niveles de cantante de ópera.

Finalmente, antes de acostarte dedicas un rato a ver tus redes sociales y en una de ellas te llama la atención una foto de una persona en una pose y actitud seductora, mostrando partes de su cuerpo facilitando tu imaginación, si eres hombre quedas observando un tiempo más, luego tu mente comienza a pedirte más imágenes, pero esta vez un poco más Hot, sin darte cuenta has alimentado tu mente con tantas imágenes que finalmente tu cuerpo te pide sensaciones Heavy, buscas videos pornográficos y tus hormonas llegan a la cúspide del placer, pero, de manera inmediata pasas de la cima al abismo, vas en caída libre, en picada hacia abajo, te sientes una basura, que no vales nada, que has defraudado a Dios y a tu familia, te imaginas al diablo riéndose en tu cara, señalándote y haciéndote bullying, por lo que hiciste, no te consideras digno de compartir con otros del amor de Jesús, y lloras desconsolado(a) porque no es la primera vez que sucede esto y no ves una salida.

Tal vez usted que está leyendo esto no se sienta identificado con lo anterior, pero en mi caso personal tuve que lidiar con esas luchas, soy pastor, abogado especialista y administrador farmacéutica, he escrito artículos científicos y he compartido el evangelio con muchas personas, pero nada de eso me dio paz ni libertad me convencía que Dios se alejaba de mi, pero mi sanidad comenzó cuando pude reconocer mis luchas, que ser pastor o profesional no me hace invulnerable, que soy tan humano como cualquiera que necesitaba del amor restaurador de Jesús, que debía beber de la fuente inagotable de la gracia de un Dios que me ama profundamente, y en la Biblia encontré que el rey David y yo tenemos mucho en común y sé que tú también,  pues él escribió en el salmo 13:1-2

“Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre?   ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma,
con tristeza en mi corazón día tras día?
¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome?”

Este salmo nos muestra un cuadro muy lamentable por el cual muchos hemos pasado pero que pocos reconocen por miedo a la opinión ajena o a perder su estatus de CASI ANGELES, este texto nos habla de depresión, angustia y tristeza, sentimientos muy profundos que si no son sanados afectaran gravemente nuestra vida y de aquellos que nos rodean. ¿Hasta cuándo lucharé con esto? lo repetía muchas veces,  lo he intentado pero vuelvo al mismo error han pasado años, pero ese enemigo resulta ser más fuerte que yo. De igual modo tal vez no sea un pecado sexual con el cual estés lidiando, a lo mejor sea tu mal genio, la amargura hacia la vida, la envidia hacia otros, la impaciencia, la falta de perdón, una relación que sabes que te aleja en lugar de acercarte a Dios, o aquello que te haga sentir culpable, para ti hay buenas noticias.

La buena noticia es que Cristo murió no simplemente para dejar un recuerdo de una loable acción hecha por un judío hace miles de años, no, la muerte y resurrección de Jesús tiene un impacto espiritual y sobrenatural en la humanidad, ya no somos esclavos de nuestras pasiones, somos HIJOS DE DIOS, tenemos al creador del universo de nuestro lado deseoso y dispuesto a derribar gigantes por nosotros, aquel que hace lo IMPOSIBLE y nos ayuda para alcanzar lo POSIBLE, a romper hábitos dañinos y cambiar el chip en nuestro cerebro para llevarnos a declarar con confianza: NO ES POR VISTA, SINO POR FE, que veremos la gloria de Dios a nuestro favor, esto lo tenía claro el salmista pues dice Salmo 13:5-6:

“Pero yo confío en tu amor inagotable;
me alegraré porque me has rescatado.
6 Cantaré al Señor
porque él es bueno conmigo.”

Eso lo dice todo, y para finalizar quiero que sepas que tu no estás SOLO (A), todos los creyentes sufrimos o hemos sufrido por nuestras debilidades, pero tenemos alguien que NOS RESCATA y ese se llama JESÚCRISTO quien conoce nuestro corazón y sabe que necesitamos de su amor inagotable para poder vencer, DIOS ES Y SERÁ BUENO NOSOTROS, nunca nos pondrá en vergüenza. ¿Lo puedes CREER?

Dios te bendiga

Escrito por: Dany Alberto Aristizabal, Pastor Iglesia Cristiana Life, para www.conectadosconcristo.com

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