«El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta»

(1 corintios 13: 4-7)

¡ya no nos entendemos! ¿Será que ya no me ama? son frases que hemos escuchado en otras relaciones pero sobre todo experimentado en la nuestra.

Sabemos que ningún ser humano es perfecto, y en verdad no debemos pretender serlo, pero siempre está el síndrome de querer recibir y no de dar en las relaciones interpersonales. Y aún más cuando estamos en una relación de noviazgo, pretendemos que nuestra pareja de todo de sí pero nosotros no damos nada… y muchas veces, esto empieza a ser el mayor conflicto de una relación, más que el simple hecho de que tengan discusiones sanas. A Gonzalo y a mí nos ha pasado, hay momentos en que los dos pretendemos tener la razón y no queremos escuchar al otro, o hay momentos en que cualquiera de los dos no está de acuerdo con lo que el otro está diciendo, y en fin. Pero como pareja y con la sabiduría que Dios nos ha dado, hemos aprendido a ir por el camino correcto.

En este corto texto les contaremos las soluciones que hemos usado y que nos han servido para vivir una agradable y exquisita relación de noviazgo, disfrutando plenamente de la bendición que Dios nos ha regalado.

Lo primero que hacemos es comunicarnos, ¡si, la comunicación es fundamental! Es necesario que pongamos el problema sobre la mesa y que cada diga lo que ve o siente por esa situación, y es deber de la pareja escuchar con calma y sin juzgar.  Mujeres, que nos hagamos las dignas y no digamos nada, lo único que genera es más dolor en nuestro corazón y confusión en nuestra pareja, debemos hablar. Y hombres que ustedes pidan perdón por todo para no generar una pelea, lo único que hace es que hayan heridas, por que el pensamiento siempre será «que su opinión no es importante» por favor opinen.

Lo segundo que hacemos es exponer nuestros puntos de vista, refiriéndonos a lo que la otra persona está sintiendo o pensando, sin malas palabras, sin juzgar al otro, sin tratarnos mal; es la opinión del otro y ambos tienen derecho a hablar

Lo tercero que hacemos es buscar una solución juntos, esto es importante porque es donde la discusión o disgusto acaba, aquí finaliza. La solución debe ser tomada en bienestar de los dos, y conscientemente se darán cuenta que juntos han bajado la cabeza para lograr un acuerdo en su relación.

Y lo último que hacemos es enterrar el problema, el enterrar trae perdón y reconciliación. Por favor mujeres, como mujer les escribo, que no hay cosa más horrible que después de 40 años ustedes estén sacando en cara lo que su pareja hizo en un tiempo pasado, ya está perdonado, tú ya aceptaste tus errores, y él los de él, y hombres por favor, si dicen que van a hacer o dejar de hacer algo, cúmplanlo.

Esto son pasitos que a Gonzalo y a mí nos han funcionado, pero sobre todo ha sido la gracia de Dios sobre nosotros, puedo decirles que hay veces en las que sentimos que vamos a herir al otro pero en vez de hacerlo, nos callamos, esperamos un tiempo y después hablamos con más calma, no le echen más leña al fuego, por que arde más. Lo ideal sería que estuviéramos dispuestos a dar más sin esperar recibir nada a cambio. Qué lindo es hacer feliz al otro, no se pierdan de esta oportunidad. Amor, respeto, tolerancia, paciencia, y comunicación, es la base de la relación, pero si a esto le añaden la palabra Jesús, su relación será simplemente bendecida.

 

Gonzo & Geral

Escrito para www.conectadosconcristo.com