—»Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente» —le respondió Jesús—. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»  De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. 
(Mateo 22:37-40 NVI)

En la palabra de Dios siempre se nos invita a dar; como cristianos ésto de dar debería convertirse en un lema diario tal y como lo encontramos en 1 Corintios 10:24 NVI «Que nadie busque sus propios intereses sino los del prójimo» que gratificante es para el mundo cuando tu y yo estamos dispuestos a morir a nosotros, a nuestras necesidades y a nuestras exigencias para dar a los demás lo que están necesitando.

Hay varias formas de dar, y no siempre es económica, entre esas está el tiempo, que consideramos que es el detalle más grande que puede tener un ser humano con su prójimo, dedicarle tiempo a una persona que necesita ser escuchada, que necesita un consejo, pero sobre todo que está buscando una muestra de amor, es dejar a un lado tus problemas para hacerte cargo de otros y acompañar a tu prójimo se convierte en un servicio muy valioso.

Otra forma de dar por ejemplo, es la ayuda con ropa que ya no usas a personas que están desnudas y están necesitando una muestra de amor, la ayuda con alimentos a aquellos que están muriendo de hambre, dar un pedazo de pan puede dar esperanza a tu prójimo de que en verdad hay un mundo mejor.

Y otra forma, que creemos nosotros, que muchas veces es la más difícil es la económica. ¡Que complicado es meternos la mano al bolsillo y dar algún peso a quien lo está pidiendo! Normalmente, los cristianos nos quedamos en un «oraré por ti» y se nos olvida que la oración sin acción es como la fe en la fe y no en Dios.

Queremos invitarnos a dar más y esperar recibir menos. Amemos a nuestro prójimo como Dios nos ama a nosotros.

«Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes»

(Lucas 6:38 NVI)

 Escrito por Gonzo&Geral para www.conectadosconcristo.com